lunes, 19 de septiembre de 2016

La Política de Defensa Común y el Brexit

Muy interesante artículo de una especialista en Derecho Internacional y Máster en Derecho Comunitario Europeo sobre las implicaciones del Brexit. Un orgullo publicarlo en mi blog


La Política de Defensa Común y el Brexit


El discurso anual sobre el Estado de la Unión Europea se introdujo en el 2010 para que el Jefe del Ejecutivo comunitario analice la situación de la UE y exponga, ante el Parlamento, las prioridades y la acción legislativa para los años siguientes. En el último destaca el nuevo ímpetu dado a los ámbitos de la seguridad y defensa al objeto de lograr una acción conjunta y proseguir la integración entre los Estado miembros. Recordemos que aunque el poder legislativo reside en los Estados Miembros  quienes (a través del Consejo) actúan bien solos bien con el Parlamento, es la Comisión quien posee la iniciativa legislativa. Esto obliga a que las tres instituciones deban de trabajar al unísono. 

Por otra parte, las propuestas de la Comisión no constituyen una novedad y reflejan las preocupaciones de los Estados por reforzar las fronteras exteriores tras los atentados de Paris y Bruselas así como la crisis de los refugiados. En cuanto a la Defensa Común la salida de Gran Bretaña, quien se opuso durante años a avanzar en este ámbito, permite progresar ahora en el mismo.

No es mi intención hacer un examen exhaustivo de los ámbitos mencionados sino de señalar la importancia que las medidas anunciadas sobre Política de Defensa Común poseen para muchos países europeos y de cara a la negociación del Brexit; muy especialmente en un país tan antimilitarista como España (o mejor sería decir un continente).

Ya Francia hace apenas dos semanas había defendido la creación de un “fondo europeo” de defensa así como la creación de un Estado Mayor, “cuartel general único” en palabras del Presidente de la Comisión, con el objeto de hacer más eficaz a la UE y posibilitar el desarrollo de su industria en ese ámbito. No se trata de crear un Ejército Europeo, al menos por ahora, pero sí expandir y fortalecer el rol diplomático y político de la UE en el mundo.

No hay que olvidar que Gran Bretaña es la primera potencia militar de la UE. De hecho, en defensa, solo dicho país y Francia tienen capacidades militares de amplio espectro y una tradición de despliegues en el extranjero. Su futura salida ha causado una conmoción en los países de la antigua Europa del Este muy difícil de comprender por los ciudadanos del resto de la UE. Y ello porque mientras que los países de la antigua Europa occidental están más preocupados por el terrorismo o las crisis migratorias, Gran Bretaña siempre se ha alineado con las posturas de aquellos países que han defendido una línea dura frente a Moscú (el muro de Berlín o la primavera de Praga constituyen un pasado demasiado cercano aún y al que no quieren volver).

Ha sido el revisionismo ruso en Europa del Este lo que ha llevado incluso a Alemania a acercar posiciones con Francia y con el resto de los antiguos países de Europa del Este especialmente tras las intervenciones rusas en Crimea y Ucrania. De hecho y como se quejaba el líder de la oposición de Bielorusia el riesgo latente es que durante los próximos años los europeos van a estar demasiado concentrados en reconstruir su nueva Europa y cuidando de sus propios asuntos. Fuera de Europa eso signifique que el Kremlin va a tener una mayor libertad de acción.

En este ámbito de cosas no puede sorprender que hayan sido los líderes de la extrema derecha inglesa (UKIP, Nigel Farage) y del partido conservador (Syed Kamall) quienes más hayan criticado la apuesta de la Comisión. Y ello porque Gran Bretaña siempre ha preferido toda acción militar a través de la OTAN donde su peso es mucho mayor dada su alianza con los EEUU. Lo que sí sorprende son los motivos esgrimidos: más integración y más deudas sobre las generaciones futuras. No sólo porque ellos son los que han privado a los jóvenes ingleses de un futuro dentro de la UE sino además, porque  los £250 mil millones que va a costar la renovación del programa nuclear inglés Trident y que se aprobó el pasado mes de Julio  es, al parecer, un precio que vale la pena pagar.

Y todo esto ¿qué tiene que ver con el Brexit?
Es claro que para Gran Bretaña Trident representa un impulso de su estatus en el mundo y muy especialmente en Europa y de cara a la negociación de su salida. No es un secreto que lo que Gran Bretaña aspira es que Londres siga siendo el centro financiero más importante de Europa, y conservar el acceso al mercado único de la UE, incluso sin la libre circulación de personas. Y ello porque el control de la inmigración ha sido una de las promesas de la salida de Europa.
El poder militar de Gran Bretaña es una baza fuerte a jugar cuando la antigua Europa del Este pide mayor protección militar e Inglaterra y los EEUU constituyen la única fuerza militar creíble en Europa. Y es este hecho, más que su balanza comercial con Alemania en el que Gran Bretaña confía para obtener el acuerdo que quiere.

Finamente comentar que es cierto que desde EEUU y desde hace tiempo se vienen oyendo voces que exigen a los europeos contribuir más a los gastos de defensa y cuestionando el por qué los EEUU son los que tienen que defender a Europa. Pero no es menos cierto que cuanto más cerca está la UE de lograr una cooperación en Defensa son más las voces que, en EEUU (y Gran Bretaña) analizan, cuestionan e incluso temen este paso. La postura de los EEUU es un “Si, pero….”. Sí a un incremento de los gastos pero en el seno de la OTAN y reservas respecto a cualquier incremento de la influencia política o diplomática en favor de la UE como si no existiera un vínculo entre poder e influencia. Y en este sentido Gran Bretaña no sólo constituye el aliado más capaz en Europa, sino el más fiel. Al final va a ser que De Gaulle va a tener razón.

Maricarmen Méndez Altozano
Doctora en Derecho Internacional


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