jueves, 15 de junio de 2017

Doble insularidad, triple paridad, y la cuadratura del círculo




Como decía Bertrand Russell, debemos basarnos en los hechos. Y es un hecho que se conculca en Canarias el principio de representatividad de la democracia al valer más los votos según en que isla residamos. Es un hecho que, además, este sistema de triple paridad, no ha permitido igualar ni el desarrollo económico ni al acceso igualitario a las políticas públicas pilares de nuestra sociedad como son la educación, sanidad, trabajo, etc.

También es un hecho que las políticas redistributivas del Gobierno de Canarias basadas en inversiones de diversas obras públicas en las distintas islas han servido para crear unos grupos económicos y políticos que monopolizan esas obras. Y, por desgracia, también es un hecho que ese tipo de inversiones, grandes obras de infraestructuras, son la base en la totalidad del estado español de un sistema de corrupción que, también es un hecho, los ciudadanos de manera contumaz nos quejamos cuando se nos pregunta a la hora de elaborar el barómetro de preocupaciones del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Así pues, es de sentido común que se debe eliminar algo que es manifiestamente injusto. Especialmente por su  contrastada incapacidad de solucionar el problema para lo que fue creado: evitar la desigualdad para las islas no capitalinas.

Ahora bien, movilizar a la población para modificar el estatuto de autonomía y así adaptar la ley electoral de Canarias a una proporcionalidad justa y quedarse ahí… es demostrar un ansia de justicia democrática tan alta como lo es de baja la justicia social. Y ello porque supone una  falta de solidaridad para los canarios que residimos en las islas no capitalinas.  Dados los bajos niveles en educación, empleo y sanidad que otorgan todos los indicadores socioeconómicos el hecho de no proponer nada es, cuando menos insultante. Peor aún, el que sólo se utilice para modificar uno de los aspectos es, por otra parte, estúpido políticamente ya que enfrenta a las y los canarios entre nosotros.

Por último, la discusión sobre qué método es más justo electoralmente es huero si únicamente se queda en solventar el problema electoral. Podrán estar mil años más discutiendo (y todos los que se lleva discutiendo sobre la cuadratura del círculo) y llegarán al mismo sitio: así, sólo viendo el problema de manera de representación electoral, no se solventará el problema de Justicia Social en Canarias, en TODA Canarias

Debemos entender que el gobierno de Canarias debe ejecutar unos presupuestos para atender las necesidades de todas los canarios y que, por tanto, el reparto en función de criterios insulares no es coherente. Además deja fuera de las ayudas a nuestras “islas interiores” como son La Aldea, Buenavista del Norte o cualquier municipio de isla capitalina pero imposibilitado para un acceso rápido a sanidad o educación universitaria.

Puestos a modificar, que nos parece justo y lo apoyamos, el estatuto de autonomía para reformar el sistema electoral, solucionemos también el modo en que se hace el reparto equitativo de los fondos que gestiona el Gobierno de Canarias. Nada más sencillo como que se modifique el articulado obligando a destinar un porcentaje definido del presupuesto anual entre los municipios con peores ratios socioeconómicos: en sanidad, educación tanto primaria, como secundaria y acceso a la universitaria, en desempleo, en salario medio, acceso a la vivienda, etc. Y, aunque somos isleños, somos solidarios (más de lo que todos los políticos han demostrado) con aquellos canarios y canarias que están igual o peor que nosotros. Y entendemos que es el municipio el ámbito geográfico con institución más cercana al ciudadano, con información estadística y exhaustiva disponible sobre la situación de las y los vecinos.

En resumen, entendemos que se debe modificar el estatuto de autonomía con una circunscripción única, pero también sería recomendable que tuviese voz y voto cada isla y ello se consigue con prácticamente cualquier propuesta que están trabajando. A nosotros nos gustaría dos diputados por cada isla, que pueden ser elegidos en esa misma jornada electoral o en las locales al cabildo de manera similar a los senadores del estado español nombrados por cada comunidad autónoma. Y el resto, para no encarecer el ya gravoso presupuesto del Parlamento de Canarias, dejar 46 diputados en circunscripción única. Por ese mismo motivo, no nos parece ni necesario, y si despilfarro innecesario, el hacer dos cámaras en Canarias.

Y, simultáneamente, modificar el estatuto de autonomía con la inclusión de articulado que obligue a aplicar las diferentes políticas prioritariamente en aquellos municipios con peor situación. Situación que se definirá de manera objetiva mediante informe anual que recoja los distintos parámetros relacionados con las áreas de gobierno y que deberá elaborar órgano independiente del ejecutivo y legislativo, por ejemplo el Consejo Consultivo de Canarias.

Acabar con el injusto electoral canario, con la desigualdad por razón de lugar de residencia, con los oligopolios insulares corruptos y aplicar políticas sociales según las necesidades reales de los y las canarias son los problemas a solucionar, lo demás es discriminar y enfrentarn entre sí a las y los canarios.


Artículo que recoge la aportación que hicimos Pablo Gómez Godoy, José Juan Sansó, Maricarmen Méndez Altozano y un servidor el 22 de enero... de 2016 y que ni entendieron, ni quisieron entender.